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Tres factores que pueden bloquear un duelo: parte 2

En nuestro Blog anterior vimos los primeros 3 factores que pueden bloquear un duelo. En esta nueva entrada vamos a presentar los 3 restantes:


Factor # 4 - La personalidad del doliente:

Nuestro carácter y forma de ser marca la manera como vivenciamos las pérdidas y los procesos de duelo. Cada uno de nosotros tenemos una manera particular de afrontar la pérdida, de procesar el dolor, de adaptarnos a vivir sin la persona fallecida y de proyectarnos al futuro. Sin embargo, hay algunos rasgos de personalidad que pueden ser un factor de riesgo para presentar un duelo bloqueado.


Por ejemplo, personas que tienden a ser más racionales y, por tanto, a minimizar sus emociones y sentimientos, pueden tratar de inhibir el dolor generado por la pérdida y con ello, dilatar el proceso de duelo, porque queramos o no la única forma de superar el dolor es viviéndolo.


Algo parecido puede suceder con las personas que han asumido roles de liderazgo en su círculo social, las suelen rotular como “las fuertes” de la familia, bien sea por su dominio emocional, o porque usualmente asumen el cuidado y protección de otros miembros de la familia o porque proveen económicamente. Estas personas generalmente no se dan el permiso de sentirse y verse vulnerables, pues pueden creer que pierden el control. En estos casos el duelo puede verse congelado.


Otro caso puede ser el de las personas que se les dificulta expresar o compartir su malestar y por lo tanto se aíslan o repliegan como mecanismo de defensa o protección. Para ellas va a ser mucho más difícil reconocer la necesidad de compartir sus emociones y sentimientos para comprenderlos y procesarlos.


Un último ejemplo, son las personas dependientes, bien sea porque sienten que son muy frágiles o porque la persona fallecida era la que le brindaba su principal fuente de nutrición emocional. En estos casos, el proceso de duelo puede verse bloqueado debido a que se puede tornar crónico por la intensidad emocional con el que lo viven, y por la dificultad para procesar la carga afectiva.



Factor # 5 - El apoyo social:


El duelo es un proceso que requiere del apoyo de nuestros familiares y amigos dada la magnitud e impacto que tiene en nuestras vidas. En este recorrido necesitamos hablar sobre lo que sentimos y pensamos, compartir los recuerdos de nuestro ser querido, ser escuchados, consolados y hasta confrontados.


Es natural que en algún momento del proceso del duelo nos sintamos solos o nos parezca insuficiente el apoyo que nos pueden brindar las personas cercanas, dado que la soledad experimentada más que física es emocional o existencial, y probablemente la única persona que puede llenar el vacío que sentimos es nuestro ser querido fallecido.


Sin embargo, hay pérdidas en las que el apoyo social se ve limitado o no existe, y esto puede ser un factor de riesgo para que nuestro duelo se bloquee. Este tipo de pérdidas son aquellas que no se comparten socialmente o se comparten parcialmente, y por lo tanto, no podemos hablar de ellas. Ejemplo de este tipo de pérdidas son: un aborto inducido, dar a un bebé en adopción, la separación o muerte de un amante o aspectos relacionados con un suicidio. En estos casos la vivencia solitaria del proceso de duelo hace más complicado atravesar el camino hacia el restablecimiento emocional.



Factor # 6 - Historia de afrontamiento de pérdidas anteriores:


A lo largo de nuestra vida es esperable que tengamos muchas pérdidas, unas más significativas que otras, indudablemente las que más nos pueden marcar son las relacionadas con la muerte de nuestros seres queridos.


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Si con anterioridad a la pérdida actual hemos experimentado algún bloqueo en nuestros duelos, es probable que tengamos mayor riesgo de que el duelo actual se complique, esto tiene relación con el miedo que nos puede generar vivir más pérdidas y separaciones y con la capacidad para establecer vínculos y apegos con otras personas en el futuro, pues ese temor puede inhibir nuestra forma de relacionarnos y amar. Se dice que el que ama se hace vulnerable a la pérdida, pero muchas pérdidas nos pueden inhibir la disposición para amar.

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Si bien...


Cada duelo es único y tiene su propio ritmo, cuando han pasado meses o años y seguimos sintiendo que nuestras emociones por la muerte de nuestro ser querido nos siguen inundando, no nos permite avanzar, ni responder a las demandas propias de la vida o nos hemos quedado anclados en alguna emoción, sentimiento o circunstancia particular, podemos pensar que tenemos un duelo complicado.


Si presentas algunos de estos factores y consideras que tu duelo está desbordando tus capacidades o recursos para afrontar este proceso, te recomendamos buscar ayuda profesional.


En Desbloquéate queremos ayudarte a identificar aquellos aspectos que te pueden indicar que te has “bloqueado” en tu proceso de duelo y cómo salir de allí.


Liliana Guzmán y Héctor Buitrago




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